Con la invasión rusa de Ucrania, en febrero de 2022, la guerra en el país eslavo escaló al nivel de guerra inter-imperialista. Este evento rompió el precinto para que las contradicciones inter-imperialistas, ya las principales y determinantes del sistema mundial desde hace años, se resuelvan directamente por vía militar. Hoy, todos los actores, desde Washington hasta Taiwán y del Sahel a las cancillerías europeas, asumen la guerra imperialista como punto de partida de sus cálculos y de su actuación como clase. La sombra de la Bomba, el sacrificio de proletarios en las picadoras de carne bélicas y el recrudecimiento de las discordias nacionales son ya sus consecuencias directas: rusos y ucranianos, azeríes y armenios, el pueblo saharaui… y el pueblo palestino, desangrado bajo la bota del fascista sionista que ha encontrado en el reposicionamiento imperialista un escenario propicio para ajustar cuentas con las masas levantinas.

El proletariado, desprovisto de su Partido Comunista, sólo puede sufrir como peón y víctima propiciatoria del juego criminal de otras clases. Pero los comunistas no pueden simplemente adaptar, amoldar, rebajar su actividad a este estado de cosas, sino que deben preservar y desarrollar el horizonte de vanguardia que el comunismo ofrece a los oprimidos remando contra la corriente de la euforia chovinista general. El imperialismo sólo promete sangre, hierro y aporreamiento nacional, cuando no la destrucción mutua asegurada. Velar esto con ilusiones pacifistas, separar la sociedad burguesa “pacífica” y “civilizada” de sus consecuencias brutales y bárbaras, oponer la vieja época del Estado de bienestar y de la “paz” (de la “paz”, claro, en los centros imperiales) a la “nueva” época de disciplinamiento social, militarización y guerra… equivale a embellecer el imperialismo. Los comunistas no buscamos neutralizar la lucha de clases, sino desarrollar la lucha de clases revolucionaria del proletariado. Eso, hoy, requiere demostrar a través de los escenarios de la guerra imperialista que la Revolución Proletaria Mundial y la dictadura del proletariado es la única alternativa civilizatoria y de progreso abierta a la humanidad.

Esta alternativa no la encontraremos entre los proyectos políticos de otras clases, que son los únicos que, dado el severo grado de liquidación del comunismo, ofrece la actual época de reacción en toda la línea. Al contrario que en la guerra de 1914, hoy el proletariado está a la defensiva y huérfano de su proyecto histórico propio. Por esa razón, la denuncia del imperialismo está orgánicamente vinculada al Balance del Ciclo de Octubre, a la reconstitución de la concepción del mundo que permita a la vanguardia de la clase pensar de nuevo la revolución como un horizonte práctico real y poder fusionar el socialismo científico con las masas proletarias (Partido Comunista). La vieja consigna bolchevique del derrotismo revolucionario, la búsqueda por todos los medios de la derrota de “nuestro” bando de bribones imperialistas, es la única posición política revolucionaria ante la guerra, porque es la aplicación del internacionalismo proletario y de la generación mediata de las condiciones de la Guerra Popular y la dictadura del proletariado. Mediata, porque, en ausencia de su Partido Comunista, el proletariado no puede acometer acciones revolucionarias directas contra la burguesía imperialista y su Estado, sino que su radio de actividad se ciñe materialmente a la vanguardia de la clase. Esta política debe dirigirse, pues, al combate contra el oportunismo en el movimiento obrero, principal obstáculo de la reconstitución del proletariado como sujeto independiente y que busca, conscientemente o no, mantenerlo separado de su misión histórica e impedir que se eleve hasta las posiciones del comunismo. Como decía Lenin, la lucha contra el imperialismo es una frase vacía si no está unida a la lucha contra el oportunismo. Hoy, la demostración de la necesidad de la revolución proletaria requiere derrotar ideológica y políticamente a los que quisieran dar marcha atrás a la historia (socialpacifismo) como a los que apuestan por el disciplinamiento nacional de la retaguardia interna imperialista (socialchovinismo), pues son las tendencias que, en las circunstancias actuales, concentran y expresan la subordinación de nuestra clase a la burguesía imperialista y sus guerras criminales.

A este conjunto de problemáticas, que resumimos como Guerra y Reconstitución, se dedican los escritos recogidos en esta sección, aspecto teórico-propagandístico de las medidas políticas y organizativas que la vanguardia proletaria debe implementar para desarrollar la reconstitución del comunismo en la actual fase de preparación de la conflagración imperialista.


"¡Contra la guerra entre imperialista derrotismo revolucionario! ¡Abajo la OTAN y el Estado español! Comité por la Reconstitución." Bloque rojo. Manifestación anti-imperialista contra la OTAN en Madrid. Junio de 2022.
Encuentro Anti-Imperialista organizado por el Comité por la Reconstitución. Madrid, diciembre de 2023.